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¿Se purga mi perro?

Una de las consultas o frases que más frecuentemente se escuchan en la clínica veterinaria diaria por parte de los propietarios es: “Mi perro ha estado comiendo hierba para purgarse”.


Y es que parece ser que se ha instaurado en la sabiduría popular que el hecho de que un perro coma hierba es lo más normal del mundo, y lo hace para “purgarse”.


Sin embargo, esto NO es así. Cuando un perro come hierba y vomita lo hace como consecuencia y en respuesta a un malestar digestivo de tipo crónico.



Que nuestra mascota coma hierba cuando vamos al parque quiere decir ni más ni menos que le duele el estómago, y no es un comportamiento que debamos favorecer ni mucho menos permitir porque es contraproducente. La hierba tiene efecto irritante a nivel digestivo y si hubiera una patología gástrica de base lo único que haría es agravarla.


Es por ello, que si nuestra mascota presenta este tipo de comportamiento deberemos acudir a la consulta del veterinario con el fin de que éste realice una exploración exhaustiva, e inicie un protocolo diagnóstico adecuado en busca de la causa de la dolencia.


Este protocolo diagnóstico inicialmente va encaminado a descartar causas dietéticas como posible origen del problema. En algunas ocasiones ciertos piensos o cierto tipo de alimentos caseros pueden sentar mal a nuestras mascotas, produciéndose este tipo de dolencia crónica. Lo que se hará en este punto será establecer una dieta estricta con un pienso especial formulado para problemas digestivos.


A continuación, lo indicado es descartar causas de tipo sistémico. Es decir, descartar causas fuera del sistema del digestivo que puedan estar produciendo un daño a este nivel como, por ejemplo, una enfermedad renal crónica. Para ello se realizará una analítica sanguínea completa.


También se deben descartar las parasitosis como causa del problema, para ello es necesario realizar un análisis de las heces de tres días consecutivos SIEMPRE, a pesar de que el paciente tenga las pautas de desparasitación al día.


Si llegados a este punto aún no se ha encontrado la causa del problema, habrá que continuar el protocolo diagnóstico mediante la realización de pruebas complementarias con el fin de descartar procesos más complejos como puede ser una enfermedad inflamatoria digestiva crónica, neoplasias, úlceras etc.


Estas pruebas complementarias son en primer lugar una radiografía abdominal y una ecografía abdominal, y por último, si realizadas todas estas pruebas no se ha llegado a un diagnóstico definitivo, estará indicada la realización de una endoscopia digestiva y una biopsia.

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