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La importancia de la castración

La importancia de la castración radica en primer lugar en que es el método más efectivo de control de población canina y felina, y se debe llevar a cabo con el fin de evitar los abandonos y sacrificios indeseados, en la medida de los posible.


Además la castración es beneficiosa a nivel de la salud de nuestra mascota, tanto en hembras como en machos, porque va a evitar la aparición o va a reducir la incidencia de una serie de patologías. Estas patologías son la piometra, tumores de mama, galactorrea, mastitis, tumores testiculares, prostatitis, entre otros. Además va a evitar los efectos perjudiciales procedentes del estrés que va a sufrir nuestra mascota en época de celo cuando no se le permite reproducirse.



Sin embargo, a pesar de todos los beneficios que hemos visto que puede suponer la castración tanto a nivel de la salud de nuestra mascota como a nivel de la población animal en general, mucha gente se muestra reacia a llevarla a cabo y esto en muchas ocasiones es consecuencia de una serie de mitos que están extendidos en la población y en la cultura general.


Está extendida la creencia de que si se castra a una mascota ésta tiende a volverse menos activa y tiende a coger peso. Sin embargo, si los propietarios de las mascotas tras la castración establecen una pauta de alimentación adecuada basada en la administración de piensos especiales para animales castrados y mantienen un nivel de actividad adecuado, esto no tiene por qué ocurrir.


También hay gente que cree que antes de castrar a su mascota es necesario que ésta tenga una camada, porque esto tiene efectos beneficiosos para la salud. Nada más lejos de la realidad, de hecho sobre todo si nos centramos en las hembras existe evidencia científica de que las hembras que son castradas antes de su primer celo son animales más sanos que las que se castran después de su primer celo.


Por otra parte, están los propietarios que no castran a sus mascotas porque quieren procrear con ellas para tener un cachorro igual a ellas. Solo diré que hay miles de cachorros y gatitos sin hogar esperando a ser adoptados en los refugios y centros de protección. También decir que los animales no sufren ninguna crisis de identidad cuando son castrados, por lo que el miedo que presenta mucha gente a “no quiero que mi perro/gato sea menos macho” , no tiene sentido.


Dicho esto, la castración es una práctica que debe fomentarse tanto para intentar controlar al máximo la población, como para favorecer la salud y calidad de vida de nuestras mascotas.


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