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¿Qué es la enfermedad del mosquito o leishmaniosis y cómo se manifiesta?

Muchos de vosotros habréis oído hablar de esta enfermedad que tanto daño ha causado a nuestros perros. La verdad es que en los últimos años el tratamiento de esta enfermedad ha hecho que la esperanza y calidad de vida de los perros afectados por ella, haya mejorado enormemente. Aún recuerdo cuando dábamos la triste noticia de que “Tu perro tiene la enfermedad del mosquito” o lo que es lo mismo “Tu perro tiene leishmania” y quien conocía lo que esto significaba, se entristecía enormemente porque esto suponía la muerte de su preciada mascota.


Hoy en día, gracias a los avances en prevención, detección y tratamiento de la enfermedad, la esperanza de vida es muy superior y el perro puede vivir perfectamente los mismos años que si no padeciera la enfermedad. Es importante saber que la enfermedad es una afección crónica y la mascota afectada debe ser revisada cada 6 meses por su veterinario mediante una analítica de sangre, incluso cuando no manifieste ningún síntoma clínico y aparentemente goce de buena salud.



La leishmaniosis sólo puede transmitirse a través de la picadura de un mosquito del tipo flebotomo que después de picar a un perro infectado pica a uno sano y transmite a través de la picadura un parásito que provocará más adelante los síntomas de la enfermedad. Cabe destacar que la zona del mediterráneo se considera una zona endémica de la enfermedad debido a la existencia del mosquito en cuestión. El perro infectado empieza a manifestar los síntomas de la enfermedad a los 3 o 4 meses desde que fue picado por el mosquito y los síntomas pueden ser muy variados. Desde un adelgazamiento de la mascota, alopecias alrededor de los ojos, heridas que no curan, sangrado por la nariz, cojeras de varias extremidades de manera intermitente, úlceras corneales, etc… En ocasiones el perro presenta un chancra de inoculación en la zona del pabellón auricular donde ha sido picado recientemente. La enfermedad puede manifestarse de dos maneras bien diferenciadas, pueden ser síntomas cutáneos, en este caso el pronóstico es claramente mejor, o bien viscerales, cuando el parásito afecta a órganos como el hígado y en el peor de los casos los riñones.


Con una analítica de sangre o a veces con un raspado de la piel afectada donde podemos observar el parásito al microscopio y así poder diagnosticar rápidamente y en la consulta veterinaria la enfermedad e iniciar un tratamiento apropiado para el perro afectado en cuestión.


Existen varios tratamientos para esta enfermedad pero hasta ahora el más indicado combina Alopurinol (cada 12 horas y vía oral durante 3-6 meses, y en algunos casos resistentes de por vida) con Antimoniato de meglumina (inyecciones subcutáneas y diarias durante un mes). En caso de que el animal no responda al tratamiento, existen otros tratamientos alternativos que resultan también eficientes para el control de la enfermedad.

En los últimos años ha salido al mercado la vacuna para prevenir en más de un 70% que el perro desarrolle la enfermedad sin dejar de ponerle productos antiparasitarios que mantengan al mosquito lo más alejado de nuestra mascota. Hoy en día, hay múltiples opciones antiparasitarias en forma de collar o pipetas.


En resumen, no hay mejor consejo que una buena prevención mediante la vacuna especialmente si nuestro perro vive en una zona rural o pasa más tiempo en el exterior y antiparasitarios en cualquier caso.


Y si aún así nuestro cánido contrae la enfermedad, no desesperemos, porque seguramente podrá vivir los mismos años que si el dichoso mosquito no le hubiera picado. Y por supuesto, ante cualquier duda o sospecha de que nuestro perro no se encuentre bien, consulta a tu veterinario de confianza que sabrá orientarte de la mejor manera posible.


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