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Uso de los animales en publicidad

En el siglo XXI y con el uso de las nuevas tecnologías es sorprendente que aún se sigan utilizando animales de procedencia salvaje para la publicidad. Cuando vemos un animal de estas características en el mundo de la publicidad debemos preguntarnos varias cosas:

  • ¿De dónde proceden? Muchos de estos animales son capturados y extraídos de su medio natural, sobretodo los elefantes.

  • ¿En qué condiciones viven y cuáles son los métodos de entrenamiento a los que son sometidos para actuar? La gran mayoría viven en un ambiente sin un enriquecimiento social adaptado a su especie, y por este motivo, desarrollan comportamientos repetitivos, obsesivos e impropios de su especie, cómo son las estereotipias. La mayoría de los primates y los elefantes son especies animales altamente sociales, que les gusta vivir en manadas y necesitan la compañía de otros seres de su especie. En muchos casos se les obliga a vivir en soledad, lo que no deja de ser un maltrato psicológico. Los métodos de entrenamiento en muchas ocasiones utilizan la violencia física (golpes, descargas eléctricas, sprays, collares de descarga…) o privación de alimento, para que actúen por hambre a cambio de comida. También es habitual separarlos de sus madres a edades muy tempranas y criarles a biberón para que hagan la impronta con su propietario, en lugar de con su madre real, para que les obedezcan. Aún así, cuando llegan a la madurez sexual, estos animales pueden volverse agresivos incluso con las personas que los han criado.

Asimismo, también hay que tener en cuenta varios factores:

  • El estrés de los traslados para los rodajes.

  • Las mutilaciones (de colmillos o uñas) a las que son sometidos muchos de ellos para que no puedan dañar a las personas, sedaciones o que les precinten la boca.

  • El destino que les espera cuando ya no son manejables o útiles (por cuestión de edad o de tamaño). Los chimpancés tienen una vida útil (en el sentido artístico) de unos 8 años, cuando su esperanza de vida es de 60. Por lo que una vez han sido utilizados acaban enjaulados en pésimas condiciones, vendidos a zoos o usados como reproductores. Sólo en el mejor de los casos han sido rescatados por asociaciones, santuarios o centros de rescate privados.

  • El tráfico de estos animales. Muchos de ellos en peligro de extinción.

Además, cabe destacar, el peligro que corren las personas que trabajan con este tipo de animales. Aunque entrenados, no dejan de ser animales salvajes y se han documentado numerosos ataques a entrenadores. También hay que tener en cuenta, los riesgos que pueden tener los rodajes para los animales. Existen numerosos casos de fallecimientos de los animales durante los rodajes, ya sea por exceso de tranquilizantes, accidentes, negligencias o maltrato de los entrenadores. En la película Ben-Hur, por ejemplo, murieron más de 100 caballos, en la de El Hobbit murieron al menos 27 animales deshidratados, ahogados o por agotamiento y el cerdo vietnamita utilizado en la serie Porca Misèria tuvo que ser sacrificado, ya que durante uno de los rodajes, se comió algo que no debía.

También existe el efecto de: "¡Yo también lo quiero!". Esto ocurre cuando un determinado animal aparece en una serie de éxito o en algún programa que tiene mucha audiencia, éste se pone de moda y hace que se multipliquen las ventas, y los posteriores abandonos de estas mascotas. Un ejemplo es el caso del chimpancé de Ross que apareció en la serie Friends, que hizo que muchas familias quisieran tener en su casa un primate como mascota en lugar de un perro o gato. También las películas de las Tortugas Ninja provocaron un aumento desmesurado en la venta de tortugas de agua. Ocurre los mismo en ciertas razas de perro que se ponen de moda después de estrenos de películas como 101 Dálmatas o los chihuahuas protagonistas de películas como Una Rubia muy Legal o Un Chihuahua en Beverly Hills, siendo esta raza, la más presente en las perreras de Estados Unidos.


Son muchos los ejemplos de chimpancés, elefantes y tigres utilizados en publicidad en nuestro país. Algunos de estos primates han sido rescatados por fundaciones como MONA, con múltiples secuelas tanto físicas (amputación de dedos por autolesión, extirpación de garras, deformaciones óseas por permanecer en espacios demasiado pequeños durante mucho tiempo, problemas de visión...) como psicológicas (estrés, síntomas de depresión, claustrofobia, estereotipias, no saben relacionarse con otros individuos de su especie…). Una vez más, la crueldad del ser humano nos deja en evidencia como especie que abusa y maltrata a estos animales.

Lamentablemente, mientras exista la demanda, existirá la oferta, y hoy en día hay varias empresas en EEUU y España que se dedican al alquiler de animales para publicidad y a la cría y compra-venta de animales salvajes. Por eso, espero que a partir de ahora, cuando veamos un animal de alguna especie salvaje actuando en algún programa o serie de televisión, sepamos más de lo que hay detrás y el maltrato al que son sometidos muchos de estos animales.


Información extraída de FAADA, Los animales no venden.

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