Prevención y solución frente al abandono animal
ABANDONO
En el año 2016 los refugios de animales recogieron 137.782 perros y gatos. De éstos, 104.447 eran perros y 33,335 gatos. No obstante, se estima que hay aproximadamente el doble de perros (unos 6 millones) que de gatos (unos 3,5 millones). De todos ellos, un 15%, aproximadamente, son animales extraviados. Estas cifras son muy similares a las de 2015, aunque previamente se había notado un ligero descenso de abandonos en España.
Seamos conscientes de la gravedad de la situación y actuemos con responsabilidad… ¡Aún estamos a tiempo de hacer que estas cifras disminuyan en 2017!
TENENCIA RESPONSABLE
Entre nuestras responsabilidades como propietarios se encuentra la identificación mediante microchip de nuestro perro o gato (no está de más ponerle también una “chapita” con su nombre y teléfono), ya que la forma más frecuente y fiable para que un perro o gato que se ha perdido (por extravío o incluso robo) pueda volver a su hogar, es localizando a su familia -gracias a los datos personales que facilitan en el momento de la colocación del dispositivo-.
Existen múltiples motivos por los que algunas personas son capaces de abandonar a un animal de compañía: la falta de tiempo o espacio, alergias, cambio de domicilio, factores económicos, etc, pero las dos causas con mayor peso son: en primer lugar, las camadas no deseadas y en segundo, los problemas de comportamiento. De estos datos podemos deducir la importancia que tienen la esterilización y la educación y adiestramiento, para reducir las cifras de animales abandonados y, por tanto, es nuestra responsabilidad como propietarios encargarnos de ello.
Si pensamos en ampliar nuestra familia con un nuevo miembro de 4 patas, una opción solidaria y gratificante es la adopción. Hay que tener en cuenta que la mayoría son individuos adultos y que a veces no encontraremos exactamente el prototipo de perro o gato que habíamos pensado. Además, todas las responsabilidades anteriormente mencionadas son -en estos casos- aún más importantes (si cabe), ya que son animales que ya han sufrido un abandono y sería muy duro para ellos volver a pasar por ese mal trago. A cambio, recibiremos un amor incondicional y la satisfacción de ayudar al animal que adoptamos, a la vez que también contribuiremos a reducir el número de animales abandonados en las calles y a descongestionar los refugios…
¿No es maravilloso?