Esterilizar, ¿sí o no?
La esterilización de los animales de compañía es una medida responsable tanto para la salud del bicho -ya que puede prevenir algunas patologías- como para evitar la superpoblación debida a camadas no deseadas.
Contra lo que muchos creen, la esterilización no es traumática ni dolorosa. Se trata de una intervención quirúrgica, en la que se extraen las gónadas -es decir, los ovarios y el útero en hembras y los testículos en machos- realizada (¡siempre!) bajo anestesia general y con control del dolor durante y después de la operación.
Vamos a ver las ventajas de esta intervención en hembras y en machos, puesto que no son las mismas.
Si tu bicho es hembra…
La esterilización reduce la aparición de tumores mamarios (bastante frecuente en edad avanzada) en más de un 95% si se hace antes o poco después del primer celo. Además, elimina prácticamente la posibilidad de desarrollar problemas en el útero, como las infecciones (que también suelen ser bastante frecuentes en edad avanzada y pueden resultar muy peligrosas). La esterilización también reduce la aparición de pseudogestaciones (embarazos psicológicos), en las que la hembra puede segregar leche que permanecerá en las mamas de manera que éstas pueden infectarse. Y por último, evita las gestaciones no deseadas y sus posibles complicaciones.
Si tu bicho es macho…
Puede ser efectiva para reducir algunos tipos de agresividad en el perro. A su vez, previene las molestias del “marcaje” mediante orina en los gatos (que suele dejar un olor muy fuerte en paredes, sofás, cortinas…). También elimina el escapismo, en busca de apareamiento. La esterilización reduce el riesgo de enfermedades en la próstata y previene la aparición de tumores en los testículos. Y por último, disminuye el riesgo de padecer hernias y tumores en la zona perianal (que pueden aparecer en machos de edad avanzada). Como inconvenientes, hay tendencia al aumento de peso, pero puede prevenirse con una alimentación adecuada y ejercicio de forma regular.